Garbanzos con chorizo y patata en Mambo
Hacer Garbanzos con chorizo y patata en Mambo es muy sencillo gracias a la receta que compartimos en esta entrada de cocinaenmambo
Origen de los Garbanzos con chorizo y patata
El plato de garbanzos con chorizo y patata tiene un origen profundamente arraigado en la cocina española, especialmente en las regiones del norte, donde los guisos de legumbres son un elemento esencial de la gastronomía. En España, los garbanzos han sido un ingrediente básico desde la época de los romanos, ya que esta legumbre resistente y nutritiva se adapta bien a los climas secos de la región y es fácil de almacenar.
El chorizo, otro ingrediente emblemático, aporta un sabor ahumado y especiado al plato, que es muy característico de la cocina ibérica. Este embutido, hecho a base de carne de cerdo y pimentón, se empezó a popularizar en el siglo XVI, tras la introducción del pimiento en Europa. La combinación de garbanzos con chorizo y patata refleja la simplicidad y riqueza de los platos tradicionales de las zonas rurales, donde se valoran las comidas energéticas y reconfortantes.
A lo largo de los siglos, esta receta ha evolucionado y se ha convertido en un clásico de la gastronomía española, siendo protagonista en muchas cocinas y tabernas de todo el país. Es un plato especialmente popular en la temporada de otoño e invierno, cuando el clima frío invita a disfrutar de guisos sustanciosos y calientes.
Como hacer Garbanzos con chorizo y patata en Mambo
400 gramos de garbanzos cocidos.
100 gramos de chorizo.
200 gramos de patata.
100 gramos de cebolla.
Un diente de ajo.
100 gramos de tomate triturado en conserva.
Una hoja de laurel.
20 gramos de aceite de oliva.
400 ml de caldo de pollo.
Sal.
Pimienta.
Instrucciones para hacer Garbanzos con chorizo y patata en Mambo
Para preparar un buen plato de garbanzos con chorizo y patata en Mambo, empezamos colocando las cuchillas en su sitio. Empezamos por la base de sabor: añadimos la cebolla, el ajo y un chorrito de aceite de oliva. Los picamos rápidamente para que queden bien finos. Con eso listo, ponemos a sofreír. El olor a cebolla y ajo dorándose en el aceite es inconfundible y nos da una pista de lo sabroso que quedará este guiso.
Cuando la cebolla está bien pochada, añadimos el tomate triturado. Este paso ayuda a que se mezclen los sabores y le da un toque de frescura y acidez que complementa muy bien con el chorizo y los garbanzos. Dejamos que el tomate se cocine un par de minutos para que se mezcle bien con el sofrito.
Ahora que tenemos la base hecha, llega el momento de incorporar los ingredientes principales. Añadimos los garbanzos cocidos, que están cargados de proteínas y nos darán esa textura cremosa y suave. También agregamos la patata, pelada y «chascada», es decir, cortada en trozos irregulares, lo que permite que suelte más almidón y espese ligeramente el guiso mientras se cocina. Esto le da un toque especial a la textura final.
Por supuesto, no puede faltar el chorizo. Lo troceamos y lo añadimos a la mezcla; al cocinarse, el chorizo suelta sus jugos y su característico sabor ahumado, que impregna todo el plato. Le ponemos también una hoja de laurel, que le da ese aroma a guiso de toda la vida.
Para que el guiso tenga la consistencia perfecta, añadimos el caldo de pollo, que aporta cuerpo y potencia los sabores. Salpimentamos al gusto, aunque hay que recordar que el chorizo suele ser algo salado, así que vamos probando y ajustamos según lo que necesitemos.
Ya con todo en Mambo, lo ponemos a cocer. Durante unos 20 minutos, dejamos que se mezclen bien los sabores, que las patatas se ablanden y que los garbanzos absorban todos esos aromas.
Al finalizar, tenemos un guiso caliente y humeante, perfecto para disfrutar en un día fresco. La mezcla del chorizo con el tomate, la suavidad de la patata y la textura de los garbanzos es deliciosa. Es un plato sencillo, pero lleno de sabor, ideal para una comida casera que nos reconforte. ¡A disfrutar!